En 1894, se emitió la ley 15 que consistía en la asignación de recursos para construir un monumento cuyo fin era conmemorar al año siguiente el centenario del nacimiento de la Pola (durante varios años se considero que la Pola había nacido en 1795). Años después, Dionisio Cortes participo en el concurso organizado por el ministerio de instrucción pública con el modelo de yeso de la heroína. Luego la estatua de Policarpa Salavarrieta, fue materializada en 1910 (ya que Dionisio destruyo la original) en cobre.
Para varios críticos de arte es una figura simple con manos atadas a la espalda y con mirada perdida en el vacío, consideran que expresa poco y que es pobre escultóricamente. Se podría decir que esta estatua es uno de los primeros casos, en la Colombia del siglo XX en el que un monumento publico carece de interés artísticos, aunque demuestra modestia en su elaboración y su ejecución se resalta el hecho de que su objetivo principal sea recordar solemnemente a una mártir recordada de nuestra historia.
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